El vidrio aislante con persianas integradas se aplica ampliamente en los sectores de edificios residenciales, comerciales y públicos, adaptándose a diversas necesidades funcionales y estilos arquitectónicos. En edificios residenciales, es la mejor opción para ventanas, puertas corredizas de vidrio, claraboyas y cerramientos de balcones. Los dormitorios se benefician de su capacidad de bloquear la luz (lo que favorece mejores ciclos de sueño) y del control de la privacidad; las salas de estar lo utilizan para ajustar la luz natural para leer o entretenerse; Las cocinas y los baños aprovechan su diseño resistente a la humedad para evitar daños a las persianas por salpicaduras de vapor o agua. En entornos comerciales, se instala en edificios de oficinas (para estaciones de trabajo individuales o salas de conferencias, donde los empleados pueden personalizar la luz y la privacidad de forma independiente), hoteles de lujo (habitaciones, vestíbulos o áreas de spa para mejorar la comodidad y la estética de los huéspedes) y tiendas minoristas (escaparates de exhibición, donde la iluminación controlada resalta la mercancía sin deslumbrar). Instalaciones públicas como hospitales, escuelas y bibliotecas también dependen de este producto: los hospitales lo utilizan en las habitaciones de los pacientes para dejar entrar la luz natural (ayudando a la recuperación) y al mismo tiempo permitir que los pacientes controlen su privacidad; las escuelas lo instalan en las aulas para reducir el deslumbramiento durante las lecciones y reducir los costos de energía para los distritos escolares. Es particularmente valioso para edificios de gran altura, donde la instalación y el mantenimiento de persianas externas son riesgosos o costosos, y para proyectos de construcción sustentables: sus propiedades de ahorro de energía contribuyen a la certificación LEED (Liderazgo en Diseño Energético y Ambiental) al reducir la huella de carbono y las cargas del sistema HVAC.