La instalación adecuada y el mantenimiento regular son esenciales para preservar el rendimiento resistente al fuego y la vida útil de las ventanas resistentes al fuego con sistemas de aleación de aluminio, de forma muy parecida a cómo un manejo cuidadoso mantiene las capacidades balísticas del vidrio a prueba de balas. Durante la instalación, sólo los técnicos certificados y capacitados en ventanas contra incendios con sistemas de aluminio deben realizar el trabajo, ya que un montaje inadecuado puede comprometer la integridad del sistema. El marco debe anclarse a la estructura del edificio mediante sujetadores resistentes al fuego (por ejemplo, pernos de acero inoxidable resistentes al calor) para garantizar que permanezca asegurado durante un incendio; Los espacios entre el marco y la pared deben sellarse con sellador intumescente contra incendios, no con masilla genérica, para garantizar la estanqueidad al fuego. Los instaladores deben evitar dañar las tiras de rotura de puente térmico o los sellos intumescentes; incluso pequeños cortes en estos componentes pueden desactivar sus funciones de protección contra incendios. El vidrio resistente al fuego debe instalarse con las juntas ignífugas correctas y los herrajes deben apretarse según las especificaciones del fabricante para evitar que se aflojen con el calor. Para el mantenimiento, se recomiendan inspecciones semestrales: revise el marco de aluminio en busca de corrosión, abolladuras o sujetadores flojos; inspeccione el vidrio en busca de grietas, astillas o delaminación (lo que reduce la resistencia al fuego); examinar los sellos intumescentes en busca de desgaste o endurecimiento (lo que disminuye la capacidad de expansión); y pruebe el funcionamiento del hardware para garantizar que la ventana se abra/cierre sin problemas. La limpieza debe utilizar limpiadores suaves y no abrasivos y paños suaves, evitando productos químicos agresivos que puedan dañar el acabado del marco o la superficie del vidrio. Si se detecta algún daño (por ejemplo, vidrio agrietado, sellos deteriorados), las reparaciones o reemplazos deben utilizar únicamente componentes aprobados por el fabricante; El uso de piezas no certificadas anulará la clasificación contra incendios. Es importante destacar que, al igual que el vidrio a prueba de balas, estas ventanas nunca deben modificarse después de la fabricación: cortar el marco, perforar orificios adicionales o reemplazar el vidrio con opciones que no sean resistentes al fuego destruirá el rendimiento del sistema integrado, volviéndolo inseguro y no cumpliendo con los códigos contra incendios. Con una instalación y un mantenimiento adecuados, las ventanas resistentes al fuego con sistemas de aleación de aluminio suelen tener una vida útil de 25 a 30 años, lo que las convierte en una inversión rentable a largo plazo en la seguridad de los edificios.