La instalación y el mantenimiento adecuados preservan un consumo energético y un rendimiento contra incendios ultrabajos. Los técnicos certificados (capacitados en ventanas cortafuegos energéticamente eficientes) deben anclar los marcos con sujetadores de acero inoxidable resistentes a la corrosión, sellando los espacios entre el marco y la pared con un sellador hermético resistente al fuego (no masilla genérica) para mantener los estándares de permeabilidad al aire. Alinee las hojas con precisión: la desalineación rompe la hermeticidad y los sellos contra incendios. Lubrique los herrajes anualmente con un lubricante no tóxico que ahorre energía (evite el aceite que degrada las juntas). Inspecciones semestrales de control: roturas térmicas (sin grietas), sellos de acristalamiento (sin fugas de criptón, probado mediante monitoreo de valor U), sellos contra incendios (sin endurecimiento) y burletes (sin desgaste). Limpie el vidrio con limpiadores suaves y no abrasivos para proteger los recubrimientos de baja emisividad (el rayado reduce la eficiencia energética). Las piezas dañadas (vidrio agrietado, burletes desgastados) necesitan reemplazos aprobados por el fabricante y energéticamente eficientes; las piezas genéricas anulan las clasificaciones de fuego/energía. Nunca modifique la posfabricación (cortar/perforar arruina los sistemas térmicos/contra incendios, como alterar el vidrio a prueba de balas compromete la resistencia balística). Con cuidado, duran más de 30 años, una inversión a largo plazo para edificios ecológicos y seguros. Seguridad de ventanas de vidrio