La instalación adecuada y el mantenimiento regular son esenciales para garantizar el rendimiento a largo plazo de las ventanas resistentes al fuego Clase B de aleación de aluminio de bajo consumo de energía, especialmente para preservar tanto la resistencia al fuego como la eficiencia energética, de forma similar a cómo el mantenimiento protege las capacidades balísticas del vidrio a prueba de balas. Durante la instalación, es fundamental utilizar instaladores certificados con experiencia en la instalación de ventanas contra incendios, ya que una instalación incorrecta puede comprometer tanto la seguridad contra incendios como la eficiencia energética. Las ventanas deben instalarse de acuerdo con las pautas del fabricante: el marco debe estar anclado de forma segura a la estructura del edificio mediante sujetadores resistentes al fuego (para evitar que se desprendan durante un incendio), y el espacio entre el marco y la pared debe sellarse con un sellador resistente al fuego (para bloquear la penetración del humo y las llamas). Para el acristalamiento, los instaladores deben asegurarse de que el vidrio resistente al fuego esté correctamente asentado en el marco y que todas las juntas/burletes estén intactos; las juntas dañadas pueden reducir la hermeticidad y reducir la eficiencia energética. También es importante evitar modificar la ventana durante la instalación (por ejemplo, cortar el marco o perforar orificios adicionales), ya que esto puede dañar la rotura térmica o debilitar la resistencia al fuego del marco. Para el mantenimiento, se recomiendan inspecciones periódicas (al menos dos veces al año) para detectar signos de daño: inspeccionar el marco en busca de corrosión, abolladuras o sujetadores flojos; revise el acristalamiento en busca de grietas, astillas o delaminación (que pueden reducir la resistencia al fuego); y examinar los burletes y selladores en busca de desgaste o deterioro (que pueden comprometer la eficiencia energética y la estanqueidad). La limpieza debe realizarse con limpiadores suaves y no abrasivos y paños suaves, evitando productos químicos agresivos que puedan dañar el revestimiento del marco o la capa de baja emisividad del acristalamiento. Si se detecta algún daño (p. ej., vidrio agrietado, sellador deteriorado), las reparaciones o reemplazos deben realizarse de inmediato utilizando piezas aprobadas por el fabricante y por profesionales certificados; el uso de componentes no aprobados puede anular las afirmaciones de clasificación contra incendios y eficiencia energética. Es importante destacar que, al igual que el vidrio a prueba de balas, estas ventanas contra incendios nunca deben modificarse después de su fabricación: alterar el marco, el acristalamiento o los herrajes comprometerá su resistencia al fuego y su rendimiento energético, lo que las hará no cumplir con los estándares de seguridad y sostenibilidad. Con una instalación y un mantenimiento adecuados, estas ventanas pueden mantener su doble funcionalidad durante décadas, proporcionando valor a largo plazo en seguridad y ahorro de energía.